Bullas a 11
de octubre de 2015
Hola
niños:
Las
Hermanas de vuestro colegio me han invitado a que vaya a veros y a hablar con
vosotros un ratito, pero cuando fuí a vuestro cole estabais en el comedor. Me encantaría conoceros personalmente, pero como vivo un
poco lejos no puedo. Por eso os escribo estas palabras que salen de mi corazón,
pues son cosas de mi vida.
Soy
la Hermana Toñi, la Religiosa Misionera del Amor de Dios, que está en el cartel
del Domund de este año, abrazando a la Sra. Aida.
Nací
en España, concretamente en Bullas, un pueblo de la Región de Murcia. Desde
pequeña me llevaron al Colegio Amor de Dios, donde me educaron, al igual que a
vosotros.
Desde
pequeña soñaba con ser misionera, para quitar el hambre a los pobres y trasmitirles
el Amor que Dios les tiene.
Yo
quería mucho a Dios, hablaba con Él y participaba en todas sus cosas: le
llevaba flores en mayo a la Virgen, cantaba muchos cantos de Dios, me
arrodillaba y hablaba con Él, junto al Sagrario de la capilla del cole y de la
Iglesia, participaba en la catequesis,
en las procesiones e iba a Misa.
Me
dolía que hubiera tantos niños que se mueren de hambre y otros que no tienen
familia que los quiera. Y entonces aprendí a comerme las cosas que no me
gustaban, acordándome de ellos y pidiéndole al Señor que pronto tuvieran comida
para vivir bien.
Cuando
podía visitaba a los enfermos, a los ancianos y ayudaba con cosas a los pobres
de mi pueblo. Se ponían muy contentos. Y yo también de poderlos ayudar.
Tanto
me gustaba hacer el bien y estar en las cosas de Dios, que me di cuenta que mi
vocación era ser Religiosa Misionera del Amor de Dios.
Me
gustaba mirar despacio dos fotos que seguro que también están en vuestro
Colegio:
- Una la del Padre Usera, que me miraba y me decía: Ven, busco personas generosas que quieran servir a Dios de balde. Y después me enteré de que era muy bueno porque ayudaba siempre: “Nunca llamó a sus puertas una necesidad que no fuera al instante socorrida”
- Otra la de Sor Rocío, que era muy alegre y desde pequeña quería mucho a Jesús y a María.
Las
Monjas de mi Colegio me ayudaron a vivir mi vocación misionera.
Después
pasó el Huracán Mich y con otras compañeras, me mandaron a ayudar a los pobres,
de Honduras.
Mi
siguiente lugar de Misión fue
Apatzingán, una ciudad de México, donde la gente se mata muy fácil por
ganar dinero con la droga.
Y
después me mandaron a Ranchuelo, el pueblo de Cuba donde estoy ahora, junto con
mis Hermanas del Amor de Dios, compartiendo con la gente la alegría de creer en
Dios y ayudando a los más pobres.
Estoy
con muchos niños como vosotros, que quieren ser misioneros, y que me acompañan
a visitar a los pobres y a rezar con ellos.
De
allí es Aida, la señora de la foto, que está llorando porque está muy triste,
al quedarse sola y muy pobre al morirse su marido. Ella me abraza y yo a ella
también, porque me da mucha lástima y la quiero mucho. Por eso la consuelo y la
ayudo en todo lo que puedo, junto con mis hermanas de comunidad y mucha gente
que es buena.
Me
gustaría que vosotros también fuerais misioneros como yo, para poder ayudar a
más gente que sufre en el mundo.
Os
pido dos favores:
- El primero: que recéis por nosotros los misioneros.
- El segundo, que penséis si vosotros también queréis ser misioneros, para ayudar a los pobres y llevarles la alegría de Dios.
Muchas
gracias niños, pues sé que lo que os pido lo vais a hacer. Os
meto en el corazón de Dios.
Con mucho cariño:
Con mucho cariño:
Hna. Toñi, Religiosa Misionera
del Amor de Dios.